SANTA ETELDREDA DE ELY
23 de junio
679 d.C.
Nació en Exning o Ermynge, en Suffolk, hija del rey del Anglia
oriental, Annio o Ana y santa Hereswida. Hermana de santas Ethelburga,
Sexburga, Flodoberta y, hermana mayor de santa Whitburga. Se
casó dos veces pero permaneció virgen; la primera, para
complacer a sus amigos, se casó con Tonbercht o Tonberto,
príncipe del sur de Girvij. Tres años después de
su matrimonio, y uno después de la muerte de su padre, se
quedó viuda, que por su dote eligió para ella la isla de
Ely donde se erigió la catedral de Norman Lady. Allí se
retiró en soledad donde vivió cinco años.
Edfrid, rey de Northumberland, le pidió en
matrimonio. Etheldreda, durante el tiempo que había reinado con
su anterior marido, había permanecido virgen y se casó
con Edfrid o Egfrido con el que también permaneció
virgen, se separó de su marido. Tomó el velo en
Coldingham, después de pedir consejo a san Wilfrido de York,
cuando era abadesa santa Ebba, tía de su marido. Pero Edfrid, se
arrepintió de su generosidad y quiso hacerla volver a la fuerza.
Etheldreda huyó con dos acompañantes por los pantanos de
Ely, y una imprevista tormenta hizo desistir a su esposo seguirla.
En el año 672, se trasladó a la isla de Ely
(Suffolk), donde fue abadesa fundadora del monasterio doble: uno para
religiosas y otro para religiosos, a los que dirigió en la
observancia regular, especialmente con su ejemplo de austeridad en la
comida, en el vestido y con sus largas vigilias de oración
nocturna ante el sagrario, teniendo en cuenta que estas abadías
eran unas casas ricas y principescas. La paciencia en el sufrimiento
por una llaga en la garganta, aquilató sus méritos. Fue
enterrada de acuerdo con su voluntad en un ataúd de madera. Su
hermana, santa Sexburga, la sucedió en el gobierno del
monasterio, e hizo que su cuerpo fuera puesto en un ataúd de
piedra y trasladado a la iglesia, en la que en una ocasión fue
encontrado incorrupto. A Sexburga le sucedió como abadesa, su
hija santa Ermengilda, viuda del rey Wulferio de Mercia, en el 699. De
este matrimonio nació santa Wereburga, que tras la muerte su
madre también fue abadesa del monasterio. En una cierta
época fue la más popular de las santas anglosajonas. Sus
reliquias se conservan en Ely.