SANTA CUNERA
12 de junio
Siglo IV d.C.
Cunera, princesa de York, fue a principios del año 337
acompañando a santa Úrsula y 11.000 vírgenes, de
peregrinación a Roma. En el camino de regreso, el barco en el
que viajaban fue asaltado por los hunos que asesinaron de una manera
brutal a todas las jóvenes. Sólo Cunera logra salir con
vida, salvada por el rey Radbout, que la llevó con él a
su castillo en Rhenen (Utrecht), donde llevó una vida religiosa
y caritativa, ayudando a los necesitados. La admiración que todo
el pueblo tuvo por ella provocó los celos de la esposa de
Radbout, la reina Aldegonde, que después de varios intentos de
desacreditarla ante el rey, tramó un plan para deshacerse de
ella.
La historia comienza cuando Radbout y sus hombres salieron un
día de caza, ésta estranguló a Cunera con el
chal que ésta había recibido de sus padres como regalo, y
la enterró -junto con el chal- en los establos. Al regreso del
rey y preguntar éste por Cunera, Aldegonde le dijo que
regresó con sus padres. Mientras, los caballos se negaban a
entrar en el establo. Rabbout se extrañó al ver en el
interior la tierra movida y decide excavar en ese sitio. Una vez que
hubieron removido la tierra encontraron el cuerpo de Cunera. Radbout
descubrió el engaño y la terrible acción de su
esposa y la castigó azotándola. Más tarde,
Aldegonde, terminará loca tirándose desde el monte
Grebbeberg. Cunera fue enterrada en un lugar que será más
tarde conocido como “La colina de Cunera”.
Pasaron unos trescientos años después de su muerte los
habitantes de Rhenen pidieron al obispo Willibrord que declarase santa
a la joven. Según la historia, al abrir el sarcófago
encontraron el cuerpo de Cunera y el chal intactos. En el año
694 el chal fue depositado en la iglesia Pieterskerk en Rhenen. Desde
entonces fue venerado durante largo tiempo y atrajo a muchos
peregrinos, convirtiéndose la ciudad en un lugar de
peregrinación muy visitado. Con las ganancias de las
indulgencias se construyó, alrededor del año 1500, la
iglesia Cunerakerk.