La
sometió a toda clase de sufrimientos. De todos ellos la
libró el Señor.
Al final de un calvario típico de la leyenda de los
mártires, de los
que se salvó ayudada por los ángeles, terminó
asaeteada y arrojada en
el lago Bolsena; su padre, el juez, y otros personajes murieron antes
que la santa.
Santa
Cristina fue antiguamente muy popular en el Occidente, pero más
tarde
se confundió su leyenda con la de santa Cristina de Tiro, tan
popular
como ella en el Oriente. Para identificar a ambas santas, se
inventó la
historia de la translación de las reliquias de Cristina de Tiro
a
Bolsena (aunque las reliquias de santa Cristina de Roma se hallan,
según se dice, en Palermo). Según otra versión,
citada por Alban
Butler, el martirio de la santa occidental tuvo lugar «en Tiro,
que era
una ciudad que antiguamente estaba en una isla en el lago de Bolsena
que fue más tarde cubierta por las aguas»
En
realidad no sabemos nada sobre Cristina de Bolsena. El hecho de que su
fiesta se celebre en la fecha de hoy, procede sin duda de una
confusión
con Cristina de Tiro, de la que heredó también la absurda
leyenda. Es
muy dudosa la existencia de una mártir llamada Cristina
relacionada en
alguna forma con la ciudad de Tiro. Pero no carece de fundamento la
tradición que sostiene que en Bolsena fue martirizada una
doncella
llamada Cristina, a la que se profesaba gran devoción. Las
excavaciones
llevadas a cabo en Bolsena han probado la existencia de una especie de
catacumba en la que había un santuario dedicado a la santa. Como
se
comprenderá, esto es lo único verdaderamente cierto que
podemos decir
sobre la santa.