SANTA COLETA BOYLET
6 de marzo
1447 d.C.
Nació en Corbie (junto Amiens) en Picardía, y se llamaba
Nicoletta Boylet, a causa de la devoción de su padre a san
Nicolás. Al quedarse huérfana no sabía
dónde ir y qué hacer; sólo sabía que
quería servir a Dios; distribuyó, lo poco que le dejaron,
entre los pobres, y se retiró entre las “begüinas”,
sociedades devotas de mujeres establecidas en muchas partes de Flandes,
Pidardía y Lorena, que se sustentaban por el trabajo de sus
manos pero que no realizaban promesas solemnes. No encontrando la vida
suficientemente austera, tomó el hábito de las Penitentes
y tres años después, encontró al franciscano fray
Pinet que le aconsejó que ingresara en la Tercera orden
franciscana y que viviese como reclusa en una habitación. Coleta
obediente se recluyó, pero la gente no lo entendió y,
soportó calumnias y procesos de la Iglesia, al mismo tiempo que
se seguía preguntando qué era lo que Dios quería
de ella. Un día, otro franciscano, fray Enrique de Beaume, le
impuso por obediencia dejar la clausura y reformar las religiosas de la
segunda orden de San Francisco o clarisas, que se llamaban “urbanistas”
a causa del papa Urbano IV, quien había suavizado su regla.
Habiendo obtenido del abad de Corbie una pequeña
ermita, pasó en ella tres años. Después de esto,
fue al convento de Amiens y de allí a otros muchos. Para
realizar con éxito su empresa fue necesario que fuese investida
con apropiada autoridad, para lo cual viajó a Niza para
presentar sus respetos a Pedro de Luna, que en el gran cisma
había sido reconocido como papa de los franceses. La
constituyó superiora general de las clarisas, con plenos poderes
para establecer en ella todas las regulaciones que creyere conducentes
al honor de Dios y la salvación de los demás.
Intentó revivir el espíritu franciscano en los conventos
de París, Beauvais, Noyons y Amiens, pero se encontró con
una violenta oposición y la tacharon de fanática. El papa
Eugenio IV autorizó el establecimiento de un monasterio en
Corbie, fundó otros conventos de clarisas reformadas o
“coletinas” en Beçanson y en Poligny, en Franco Condado, en
Gante.
Las
persecuciones por parte de los hijos de Francisco y Clara e incluso del
propio san Juan de Capistrano, que estaba reformando a su vez, (aunque
luego tuvo que pedirla perdón), estuvieron al orden del
día. Pero el milagro no se hizo esperar y los conventos
reformados por Coleta llegaron a veinte. Trabajó
incansablemente, apoyando a san Vicente Ferrer en sus esfuerzos para
superar el Cisma de Occidente. Reformó las monjas clarisas, que
estaban en trance de perder su principal riqueza: la pobreza. Su vida
se caracterizó por una obediencia a la voluntad de Dios.
León X, en 1517, unió todas las diferentes reformas de
los franciscanos, y así extinguió las “coletinas”.
Murió en Gante con fama de santidad. Fue beatificada por
Clemente VIII en 1604 y canonizada por Pío VII el 24 de mayo de
1807.