SANTA CATALINA DE
SUECIA
24 de marzo
1381 d.C.
Nació en el castillo de Ulvasa, al norte de Nöstergotland
(Suecia). Hija de santa Brígida de Suecia, se llamaba Katarina
Ulfsdotter. Fue educada por su madre en la fe cristiana, en la lectura
de las Escrituras y la vida de los santos. A los 14 años se
casó, en un matrimonio blanco -había hecho voto de
castidad- con el piadoso conde Edgard Lydersson von Kürnen, en
1345. En 1350, se trasladó a Roma para ayudar a su madre,
ocupada en conseguir que los pontífices aprobaran la Orden del
Santísimo Salvador. Durante 25 años vivieron juntas en
Roma entre grandes austeridades, cuidando a enfermos y pobres, y
corriendo también graves peligros de toda índole que
Catalina afrontó con una decisión y una confianza en Dios
que caracterizan su intrépido modo de ser. Después de
enviudar, y de rechazar otros matrimonios, siguió en 1372, a su
madre a Jerusalén.
En 1373, a la muerte de su madre, regresó a su patria donde fue
nombrada superiora general de la Orden de las “brigidianas”. Fue
abadesa del monasterio de Vadstena, y aún en 1375 efectuó
de nuevo un viaje a Roma para activar la aprobación de la Orden
y promover la canonización de su madre, y se unió con
santa Catalina de Siena en la defensa del papa san Urbano V, contra el
antipapa Clemente VII. En 1380 está de nuevo en el convento de
Vadstena. Murió en Vadstena como un espejo de virtudes.
Dejó escrito "Consolación del alma", escrito que
se ha perdido, y otros tratados inéditos de contenido
místico. Aunque no ha sido nunca canonizada, el Papa Inocencio
VIII, autorizó su culto en 1484.