SANTA CATALINA DE
ALEJANDRÍA
25 de noviembre
307 d.C.
Mártir en Alejandría, durante el gobierno de Majencio.
Patrona de los Filósofos. De todas las santas Catalinas, es la
que más devoción despertó en el Medioevo. Los
dominicos la tuvieron, junto con santa María Magdalena, como una
de sus patronas, asimismo la universidad de París. Realmente no
se sabe nada de su vida; su nombre no figura en texto alguno de la
antigüedad cristiana, ni litúrgico, ni literario. La “Leyenda
Áurea” – que
popularizó su culto - dice que un ermitaño la
convirtió proponiéndole a Jesús, cuya imagen le
mostró, como único novio digno de su cuna, belleza y
precoz sabiduría. De ahí nació la tardía
leyenda de sus “desposorios místicos”.
Un día el
emperador Majencio (otros autores dicen que Maximino II), en transito
por Alejandría, exigió al pueblo que le ofrecieran
sacrificios, Catalina, princesa egipcia, bellísima, se
negó a adorar a falsos dioses. El emperador, ante tanta
gallardía y belleza se quedó prendado, pero al mismo
tiempo irritado, para refutar su opinión llamó a 50
filósofos, los cuales no pudieron con sus tesis demostrar que se
debía adorar a los dioses. Al mismo tiempo se convirtieron la
emperatriz y un oficial llamado Porfirio con doscientos soldados, que
serían martirizados. El emperador enfadado la condenó a
muerte, pero al mismo tiempo le confesó su amor, que ella
rechazó; entonces la sometió a diversos tormentos de las
que salió airosa; el más famoso, fue aquel que la
encerraron en una caja con cuatro ruedas llenas de cuchillos para que
se le clavasen en todo el cuerpo, mientras giraban, pero los cuchillos
se despuntaron al tocar su carne; por fin, el emperador decidió
llevarla fuera de la ciudad, pero unos ángeles cogieron su
cuerpo y se lo llevaron al monte Sinaí, donde hoy existe un
famosísimo monasterio copto. Al final parece que murió
decapitada.
Hasta aquí la leyenda, pero se piensa que fue una cristiana
preocupada por encontrar la verdad. Consta que habló a santa
Juana de Arco, porque la peregrinación a Santa Catalina de
Fierbois, en Turena, era muy frecuentada por Juana de Arco. Pertenece a
los Catorce Mártires Auxiliadores. Patrona de Jaén.