SANTA BONIFACIA
RODRIGUEZ CASTRO
8 de agosto
1905 d.C.
Nació en Salamanca en el seno de una familia humilde, su padre
era sastre. En 1874, fundó en su ciudad natal, su propio taller
de costura e hilados. Aquí fundó las Siervas de San
José, destinada a acoger muchachas trabajadoras pobres y
jóvenes y enseñarles una profesión para que
pudieran defenderse en la vida en los llamados “talleres de Nazareth”
que consistía en acoger a muchachas huérfanas y
abandonadas los días festivos para que lo que
desempeñó fue una labor callada de formación
humana y espiritual. El proyecto de vida religiosa femenina dentro del
mundo del trabajo era precisamente lo que hacía falta en aquella
etapa injusta de la revolución industrial, pero la idea de un
jesuita catalán Francisco Butinyá y de Bonifacia,
resultaba demasiado novedosa.
La expulsión de
los jesuitas y los posteriores mangoneos de la Curia diocesana
terminaron con la destitución como superiora de Bonifacia, por
sus propias hermanas de Congregación, quien tuvo que irse a
Zamora, donde fundó una segunda casa, llamada Colegio de los
Desamparados, excluída de la aprobación pontificia que
llegó en 1901. La víspera de su partida de Salamanca,
reunió a las religiosas, les pidió perdón, se
echó al suelo y les pidió que pasasen por encima de ella,
todas lo hicieron, para mayor oprobio: Bonifacia que era inocente,
demostró así su calidad humana y religiosa. Murió
en Zamora sin proferir una sola palabra de reproche, y siempre unida al
seguimiento de la vida oculta y humilde de la familia de Nazareth.
Decía: “Para estar unida con Dios no hay mejor cosa que andar
siempre en su presencia”.
Tan sólo después de muchos años despues de su
muerte, en 1945, la comunidad de Zamora fue admitida en una orden
orientada a la enseñanza en lugar del trabajo con jóvenes
obreras, pero que poco a poco recuperó su espíritu
fundacional y se extendió a 13 países. En los “talleres
de Nazareth” se transmite el “Evangelio del trabajo”. Bonifacia es
beatificada en 2003 y canonizada por Benedicto XVI en 2011.