SANTA BENILDE
15 de junio
853 d.C.
Era
bastante anciana ya cuando se desató en su Córdoba natal
una persecución califal contra el cristianismo. Desde
hacía dos años no cesaban los muertos por la fe
cristiana. San Fandila, sacerdote natural de Guadix y gran catequista,
fue degollado por su actividad cristiana el 13 de Junio de este
año 853 y al día siguiente lo fueron santa Digna,
religiosa contemplativa, y san Félix, monje de un convento de la
capital y natural de Alcalá de Henares. También
murió san Anastasio.
Como los moros eran bien conocedores de las costumbres
cristianas, después de la ejecución, se quemaban los
cuerpos de los mártires y sus cenizas las esparcían en el
río Guadalquivir para evitar la creación de santuarios en
las tumbas de los mártires.
Benilde, a pesar de sus muchos años, se
llenó de valentía evangélica, alzó su grito
de libertad en contra de la tiranía y proclamó en voz
alta que prefería la fe a la vida y la coherencia creyente al
silencio cómplice con aquellas ejecuciones. Su gesto claro,
generoso y valiente le costó el cuello y también fue
incinerada para desperdigar sus restos en el río. Algunos
autores difieren en su martirio, unos dicen que la decapitaron y
después la empalaron.