SANTA BATILDE
30 de enero
680 d.C.
De
origen anglosajón, fue llevada a Francia por los piratas y
vendida a bajo precio como esclava a Erchinaldo, maestro de Palacio de
Clodoveo II de Neustria. En la casa de su patrón realizó
los trabajos más humildes. No se sabe cómo se casó
con Clodoveo II, en el 648 al que le dio tres hijos: Clotario III,
Childerico II y Thierry III. Parece que fue una reina de gran
personalidad “sometida a Clodoveo en cuanto señor suyo,
parecía ser madre de los grandes de palacio, hija para los
obispos, nodriza atenta de los adolescentes y de los jóvenes de
la corte, a quienes animaba en los estudios religiosos”. No cesó
de abogar ante el rey por los más pobres, extranjeros e
iglesias, y ella misma les suvencionó con sus bienes.
Al enviudar
gobernó con acierto como regente (657-664), durante la
minoría de edad de su hijo Clotario III; trató de mejorar
la suerte de los esclavos y desvalidos aplicando el Cánon 16 del concilio de Chalons;
aconsejada por algunos obispos (san Audoeno de Rouen, san Eloy de
Noyón y Codoberto de París) impidió la
simonía en la Iglesia. Nombró como Maestro de Palacio al
célebre Ebroín, y en el 661, tras el fallido golpe de
estado de Grimoaldo, impuso a Austrasia como rey a su hijo Childerico,
“de suerte que los tres reinos, hasta aquel momento desgarrados por las
discordías, vivieron posteriormente en concordia”.
Fue acusada falsamente del asesinato del obispo Aunemondo, acusado de
traición, pero se demostró la falsedad de las
acusaciones. Favoreció el monacato y dotó a las
más importantes abadías y monasterios de grandes
exenciones, cosa que molestó a los obispos. Después de
haber fundado la abadía de Corbie en la diócesis de
Amiens. En el 664 se retiró al monasterio de Chelles, cerca de
París, del que era cofundadora, donde murió viviendo como
una religiosa más. Según la leyenda, por humildad
asumió los oficios más pobres: sirvió en la
cocina, limpió el convento. Patrona de Corbie y de Chelles.