SANTA ÁNGELA DE
FOLIGNO
4 de enero
1309 d.C.
Nació en
Foligno (Umbría). Pasó una juventud mundana y
distraída, detrás de las
riquezas y las ambiciones, como hija de una familia noble. Esposa de un
marido altanero, y madre humanamente complacida de una numerosa prole.
La desgracia llegó a su casa privándola de sus hijos y
marido.
Fatigosamente, entre incertezas y errores, se convirtió a la
vida
espiritual, gracias a la intervención del Espíritu Santo.
Se deshizo de
todas sus pertenencias y entró en las Terciarias franciscanas en
1291.
En Foligno, se hizo notar por su apostolado y caridad, legando sus
bienes a los pobres. Durante una peregrinación a Asís, en
1292,
atravesó una terrible crisis espiritual. Su director espiritual,
fray
Arnaldo, se preocupó. Y vio en la penitente una desconcertante
profundidad, y ordenó de detallarle sus propias experiencias
interiores, y que él escribía en latín dialectal.
Después la sometió a
juicio de las autoridades eclesiásticas, temiendo que fueran
debido a
perversiones malignas o sugestiones.
De aquí nació una de las más bellas obras de
revelación mística llamada "Libro de las admirables
visiones y consolaciones".
Narra 18 pasos espirituales, a través de los cuales
completó su
conversión. Su libro forma un tratado de Teología
mística, y fue
nombrada "maestra de teólogos".
El Cardenal Colonna leyó sus escritos, y pese a su resistencia,
consiguió que fuera nombrada directora de una pequeña
comunidad mixta
adherida a la Orden. No sabía escribir. Su sabiduría
nació de la
práctica del amor y todo giró en torno a la cruz. Cristo
desde la cruz
es el "Libro de la Vida", como lo llamaba ella. No podía
contemplar
representaciones sobre la pasión de Cristo sin enfermar.
Lloró
inconsolable sus pecados y se flageló hasta exageraciones que su
director hubo de reprimir. Se decidió por despojarse de todo por
Cristo. "Como ves, Ángela, no te he amado en broma", le dijo una
vez el
Señor.
Su unión con Jesús, a pesar de las grandes tentaciones:
"Tú eres Yo y
Yo soy tú" le dijo un día el Amado. Decía: "El
alma es como una encina:
cuando más profunda está enraizada, tanto más
gloriosamente se
espacia"; recibió en su vida muchos regalos divinos. Ella se
preparó
con la más dócil disponibilidad. "Que nadie se excuse,
adviertía la
beata, con que no puede hallar la divina gracia, pues Dios la da a
todos los que la desean".
Durante los últimos doce años de su vida, tuvo frecuentes
éxtasis que
le hicieron llorar muchísimo. Sobre ello escribió: “La
oración me
proporciona un gozo tan grande que he perdido todo anhelo de comer y
deseo no tener que comer nunca más, a fin de seguir orando para
siempre”.
Junto a las demás Terciarias atendió a los enfermos,
mendigó limosnas
para socorrer a los pobres. En su lecho de muerte se despidió
diciendo
“Procurad ser sencillos y veraces, sumisos y afables”. Murió en
Asís o
en Foligno.
El 9 de
octubre de 2013, el papa Francisco autorizó la extensión
del culto de
la beata Foligno a la Iglesia universal, proclamándola santa,
por un
procedimiento denominado «canonización equivalente»,
por el que el
Santo Padre obvia algunos pasos de la canonización habitual,
cuando la
fama continua de santidad junto con la extensión del culto en la
Iglesia universal es ya un hecho asentado.