SANTA AMADA DE CORANO
20 de febrero
1250 d.C.



   Sobrina de Santa Clara de Asís. Durante su primera juventud vivió una vida mundana, en fiestas, diversiones y haciéndose cortejar por los jóvenes de Asís. Una vida sin problemas y placentera, hasta que un día quiso ir a San Damiano para ver a su tía y compañeras y... ya no volvió. Renunció al matrimonio y en el 1213, ingresó en el convento. A causa de sus duras penitencia, desde muy temprano sufrió de hidropesía y otros sufrimientos con los que se santificó. Durante 13 meses tuvo una violenta tos y su tía la curó con un simple signo de la cruz. Estuvo presente en la muerte de santa Clara que la interpeló: “¿Ves hija, el reino de la gloria que yo aspiro?”. Sus restos reposan en el convento de San Jorge de Asís.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)