SANTA AFRA DE
AUGSBURGO "LA LUPANARIA"
7 de agosto
303 d.C.
Era
hija de santa Hilaria y que había nacido en Augsburgo. Era
prostituta. Cuando la persecución de Diocleciano, Afra,
acogió en su burdel, creyendo que era un cliente más, a
san Narciso, obispo de Gerona, y a su diácono san Félix
de Gerona, que habían llegado a la ciudad huyendo de la
persecución; el santo varón le aclaró el motivo de
su presencia allí. Después de muchas conversaciones, Afra
se convirtió y además atrajo al cristianismo a todas las
prostitutas del burdel y sus clientes, que más tarde
sufrirían martirio.
Cerró el
prostíbulo lo cual provocó las iras y una denuncia a las
autoridades por cristiana. "¿Como es posible que seas prostituta
y cristiana?" le preguntaron y le exigieron que sacrificase a los
dioses. Afra respondió: "Mi cuerpo ha pecado, que sufra las
consecuencias, pero no corromperé mi alma con la
idolatría". "Yo ya he cometido bastantes pecados y no quiero
cometer éste". Por eso ordenaron que fuera quemada viva en una
isla de río Lech en Augsburgo (Baviera). De esta manera
recibió el bautismo de sangre y no de agua, ya que era
catecúmena.
Otros autores dicen que era de Augusta (Chipre); que era hija del rey
de Chipre y que se estableció en Roma con su madre. Es la
patrona de Augsburgo. La leyenda de su prostitución se
habría originado en el nombre de "Venérea", santa
de Antioquia con quien se la asocia en el martirologio. Los
hagiógrafos alemanes la convirtieron en una sacerdotisa de la
diosa Venus, una “heilige Dirne”, de la misma cofradía que Santa
María Egipciaca y Santa Tais.