SANTA FILOMENA
11 de agosto
Siglo IV d.C.
En 1802, se descubrió
su tumba en Roma con esta inscripción "Pax tecum Filumena". Un
sacerdote de Mugnano, cerca de Nápoles, obtuvo las pretendidas
reliquias para su iglesia. Poco después, una vivisionaria
imaginó la vida detallada de la santa. El emperador Diocleciano
habría ordenado que la arrojasen al Tíber con un ancla al
cuello, pero los ángeles cortaron la cuerda y la santa
llegó a la ribera opuesta sin mojarse. Recapturada por sus
perseguidores, fue asaetada, pero las flechas volvieron a los arqueros.
Al fín la decapitaron. La veneración que
surgió hacia ella, se debe sobre todo al Cura de Ars, que la
construyó una capilla, y le atribuía las gracias
especiales que él recibía.