SAN SISENANDO
16 de julio
851 d.C.
Nació en Beja, hoy Portugal, o en Badajoz. Marchó a
Córdoba a estudiar, porque todos sabían que en la ciudad
andaluza estaban los mejores maestros de la cristiandad. Estudió
letras y se entregó con entusiasmo al servicio de Dios. Fue
consagrado diácono de la iglesia de San Acisclo de
Córdoba.
Un día, mientras arreciaba la persecución contra los
cristianos cordobeses en tiempos del emir Abderramán II, se
presentó ante el juez para confesar su fe, porque dijo que los
mártires santos Pedro y Walamboso que habían muerto ese
año se le habían aparecido y le habían invitado al
martirio. Fue encarcelado inmediatamente. A los pocos días un
tropel de soldados llegó a la celda y la emprendieron a palos
contra el pobre diácono. Después lo llevaron de nuevo
ante al juez, y éste mandó decapitarlo allí mismo.
Los musulmanes dejaron el cuerpo de Sisenando a la entrada de la
cárcel para que fuese despedazado por los perros. Lo que
quedó de él lo arrojaron al Guadalquivir y unas mujeres
lo encontraron entre la grava del río. Está enterrado en
la iglesia de San Acisclo de Córdoba. Patrón de Beja.