SAN SILVIO Y COMPAÑEROS
Siglo II d.C.
1 de marzo
Hay cinco santos, todos de
la antigüedad cristiana, que llevan este nombre, luego hay otros con
las variantes Silvino, Silvano, Silvia, Silvana; el Silvio del que hablamos
en esta hoja, es parte de un grupo de mártires cuyos nombres son Massimo,
Benigno, Fedele, Silvio.
No saben nada de ellos, quiénes fueron en vida, cómo
sufrieron el martirio, quiénes fueron sus jueces; solo se sabe que
sus reliquias fueron colocadas en el cementerio de S. Callisto en Roma, por
lo que se supone que al menos murieron en Roma, en una de las grandes persecuciones
contra los cristianos.
De s. Silvio y sus compañeros volvieron a hablar de ello
el 28 de febrero de 1650, cuando los jesuitas belgas de Amberes recibieron
sus reliquias (debe recordarse que era una práctica muy común
donar las reliquias de los mártires a comunidades y iglesias merecedoras
en Italia y Europa) y como era lógico, fueron recibidos con ritos
solemnes, que las crónicas del período informaron ampliamente.
Los estudiosos del tema buscaron noticias, encontrando solo
la confirmación de su procedencia romana y sus nombres, evidentemente
grabados en los contenedores, como se usaba en los cementerios y catacumbas
de la cristiandad.