SAN SILVINO DE
TEROUANNE
17 de febrero
718 d.C.
Era un
joven caballero escocés o irlandés de la corte de los
reyes merovingios Childerico II y Tierrico III en Toulouse, cuando
huyó al desierto para no casarse. Nos lo encontramos de
peregrino en Roma, donde recibió la ordenación
presbiterial. Se le confirió la consagración episcopal,
probablemente fue un obispo sin sede fija, aunque su nombre ha estado
asociado a las ciudades francesas de Thérouanne y Toulouse;
predicó con la palabra y el ejemplo, sobre todo la humildad y
paz.
Toda su vida la
dedicó en entregar toda su riqueza en obras de caridad,
evangelizando y edificando iglesias en la parte nord-oriental de
Francia, en aquel tiempo todavía, en gran parte, sumida en el
paganismo. Silvino se distinguió por su gran humildad y por la
austeridad de vida: se nutría solamente de verduras y fruta y
solamente en edad avanzada aceptó poseer un caballo para su
medio de transporte y reducir así la fatiga de visitar a pie los
territorios de la diócesis.
Después de 40
años de incesante apostolado (una de sus características
era el rescate de los esclavos), el santo pastor fue particuarmente
amado por su santidad y por la caridad que lo distinguió, ya en
vida fue venerado por sus dotes taumatúrgicas. Se retiró
a la abadía benedictina de Auchy-les-Moines donde ingresó
como simple monje hasta su muerte.