SAN SEVERINO DE NÓRICO
8 de enero
482 d.C.
Se piensa que nació
en Roma. Llegó en el 454 a Nórico como apóstol, procedente
de un monasterio de oriente, probablemente de Egipto o Palestina. Predicó
el modo de vivir agustino. No era un sacerdote, ni estaba investido de ninguna
autoridad, pero al poco de llegar a la región danubiana, todo el mundo
le reverenció y obedeció en la vida cenobítica que inició
en Fabiena, y por ello se le considera abad, aunque nunca lo fue. Cristianizó
las orillas del Danubio desde Viena a Passau fortaleciendo la fe de los indígenas,
amansando a los bárbaros que se iban introduciendo. En la ciudad de
Asturis (hoy Stockerau, cerca de Viena) reinaba una gran depravación
de costumbres. Por medio de sus encendidos sermones, penitencia, oración,
ayuno y limosnas, pretendió convertirlos, pero sólo consiguió
burlas y escarnios. Poco después los hunos asolaron la ciudad, Severino
predicó en Comagenis (hoy Greinfenstein), donde le creyeron y se pusieron
hacer penitencia; parece que tuvo como discípulo a san Antonio de
Lerins. Consiguió la conversión de Lorch y de Viena, donde
consiguió paliar la hambruna que padeció la ciudad
Predicó a Odoacro (rey de los hérulos que depuso
al último emperador romano Rómulo Augusto) que sintió
por él un gran respeto, de forma que no atentó contra la vida
de la Iglesia, cuando la invasión de Italia. Puso las bases de un
orden y de una civilización que servirían de dique a la tumultuosidad
de los tiempos. Se negó a ser nombrado obispo, pero fundó monasterios,
rescató cautivos, sustentó a los pobres. Tuvo una gran influencia
política en su época y poseyó el don de profecía,
de discenimiento de espíritus y taumatúrgicos; además
cultivó las virtudes de la humildad, la caridad hacia los necesitados,
especialmente hacia los prisioneros romanos, a los que rescató de
manos de las ordas germanas, también ejercitó en grado heróico
la virtud de la misericordia. Murió de violentos e incurables dolores
de costado en Fabiena o Favianae. Sus reliquias reposan en el monasterio
de Santos Sosio y Severino en Fratta Maggiore, diócesis de Aversa,
Italia.