Este
San Senan
de Scattery, el más célebre de los veintidós
santos irlandeses del mismo nombre, nació en Munster, de padres
cristianos. Fue un niño extraordinariamente precoz y piadoso.
Esta última virtud la conservó al crecer y, no obstante
que durante su juventud ejerció el oficio de gladiador, lo
abandonó pronto para abrazar la vida religiosa. Se puso bajo la
dirección de un abad llamado Casido quien, al cabo de
algún tiempo de impartir instrucción a su joven
discípulo, lo dejó al cuidado de Natalio en la
abadía de Kilmanagh, en Ossory. Ahí se distinguió
Senan por su piedad y su absoluta docilidad. Fue por entonces cuando
comenzaron a obrarse en torno y por mediación del futuro santo
los milagros excepcionales y fabulosos que figuran en sus innumerables
leyendas. Transcurrido algún tiempo en el convento galés
de Kilmanagh, el santo hizo un viaje a Roma y, a su regreso, por
inspiración divina, decidió partir hacia Irlanda.
Senan
desembarcó en una islita de la costa de Leinster, donde se le
apareció un ángel para anunciarle que su misión
era la de construir muchas celdas e iglesias y promover la disciplina
monástica en Irlanda, para la gloria de Dios. Así lo hizo
Senan: fundó un convento en Inishcarra, cerca de Cork, donde
fueron a reunírsele varios monjes italianos y convirtió
aquel lugar en su centro de operaciones. Desde ahí partió
a frecuentes misiones y fundó otros conventos en diversos sitios
hasta que, ya entrado en años, recibió de nuevo la visita
de un ángel que le condujo a la cumbre del monte Tese, le
señaló un lugar llamado Arnanaingel (Colina de los
Ángeles) en el estuario de Shanon, advirtiéndole que
aquél era el lugar de su último retiro.
En
ese lugar, san
Senan construyó un gran monasterio, el de Inniscattery (Isla de
Scattery) que alcanzó pronto gran fama, de suerte que los
aspirantes a la vida religiosa acudieron a él en gran
número. Hasta hoy existe en la Isla de Scattery una torre
circular que la tradición atribuye a la primitiva
construcción de san Senan. Según parece, éste fue
consagrado obispo, pero sus biógrafos no precisan dónde
ni cuándo. Al sentir que se aproximaba el momento de su muerte,
hizo una visita al monasterio galés de Casido, donde
había iniciado su vida monacal. En su viaje de vuelta, antes de
llegar a Inniscattery, se detuvo a descansar y ahí murió
apaciblemente. Sus monjes llevaron su cuerpo al monasterio donde fue
venerado durante largo tiempo. Tiene culto local.