SAN SEGISMUNDO DE
BORGOÑA
1 de mayo
523 d.C.
Nació en Lyon. Hijo del rey de Borgoña Gundebaldo. No
comprendiendo la guerra que en aquellos momentos su padre libraba,
huyó al Montseny. Encontrado por los mensajeros del rey, tuvo
que aceptar una corona que no quería en el 516. Al subir
al trono se mostró celoso y asumió el empeño de
defender la fe que había abrazado gracias a la influencias de
san Avito de Vienne, pues repudió la herejía arriana y se
convirtió con todo su pueblo. Fundó nuevos monasterios,
restauró los antiguos, hizo venir a muchos monjes de
países vecinos; concedió ricas donaciones y amplia
libertad: a los obispos les permitió reunirse libremente en
concilios, sin interferencias civiles; consiguió la
extirpación de la herejía arriana en su país.
Pidió oraciones para su él y su pueblo a los monjes de
San Mauricio, instituyendo para ellos la oración perpetua, en la
llamada "laus perennis".
Tenía un carácter colérico y
caprichoso; dos hechos marcan, a este respecto, su vida: un día
un noble, amigo suyo, se unió en matrimonio incestuoso, con lo
cual sufrió la excomunión; a Segismundo, aquella pena le
pareció excesiva, y en un arranque de cólera, expulso a
todos los obispos de su reino, aunque después de pasada la ira
se arrepintió y ordenó su regreso. En otra ocasión
mandó ejecutar a su hijo Sigerico, acusado de injustamente de
traición por su segunda esposa Fredegaria (que estaba
políticamente en contra de él). Cuando Segismundo, se dio
cuenta que aquello había sido un asesinato, se encerró en
la abadía de San Mauricio de Agauno, en Valais para hacer
penitencia por el pecado cometido. Los francos al mando del rey
Clodomiro, invadieron el país, y fue apresado y ejecutado con su
mujer e hijos, arrojándolos en un pozo en Saint-Peravy la
Colombe en Coulmiers cerca de de Orleans.