SAN SATURNINO DE
TOULOUSE
29 de noviembre
257 d.C.
Se
sabe poco de él. Parece que era griego, de Patrás. Se
piensa que el papa san Fabián lo envió de apóstol
a las Galias como primer obispo de Toulouse hacia el año 245. Bautizó y
convirtió en Pamplona a san Honorato, el cual se vinculó
a él de una manera especial. También bautizó a san
Honesto de Pamplona y le dio la misión de evangelizar
España. Fundó con san Honesto el cristianismo en
Pamplona. Entre los bautizados por Saturnino, estaba el senador Firmus,
padre de Firminus, futuro san Fermín. Al conocer el martirio de
su discípulo san Papoul, regresó a su sede de Toulouse
para proseguir su labor. Llegó a situar la sede de las reuniones
de los cristianos en una casa vecina al Capitolio de la ciudad. El
culto pagano del Capitolio continuó resistiéndosele. Se
impusieron edictos como el de Decio en el 250.
Un día Saturnino pasó delante del Capitolio, en
compañía de tres miembros de su clero, un grupo de
idólatras se lanzó tumultuosamente sobre él,
dejando escapar a sus compañeros. Hicieron subir a Saturnino
hasta el altar del Capitolio y ante su negativa de adorar a los dioses,
se le ató a un toro preparado para el sacrificio y murió
mártir en Toulouse. Todo esto es una leyenda sin fundamento
histórico, y quizás se refiera a otro Saturnino
mártir en el Capitolio de Roma. Está enterrado en la
basílica de Saint-Sernin de Toulouse. Patrón de Toulouse
y San Sadurní de Noya.