SAN SALVADOR DE HORTA
18 de marzo
1567 d.C.
Se
llamaba Alfonso y nació en Santa Coloma de Farnés
(Gerona), en el seno de una familia muy modesta de labradores,
posiblemente de origen sardo, que el momento de su nacimiento
trabajaban en un hospital benéfico, y así aprendió
de ellos a aliviar a los que sufren. Al quedarse huérfano se
trasladó a los alrededores de Barcelona, y allí fue
payés; luego marchó a Montserrat donde maduró su
vocación e ingresó como lego (ya que era totalmente
ignorante) en el convento franciscano de Jesús. Se inmoló
por las almas mediante las prácticas penitenciales y la
humildad. Fue hortelano, cocinero, portero, limosnero,
sacristán. Fue siempre un ejemplo vivo de piedad, humildad y de
alegre despreocupación, que perturbaron a sus superiores, como
cuando los ángeles prepararon para él la mejor de las
cenas, mientras se encontraba orando.
No tardó en ir de convento en convento, entre ellos el de Horta
de San Juan en Tarragona, porque era engorroso para todas las
comunidades por su poder taumatúrgico. Se le prohibió que
hiciera milagros (pero fue en vano, porque era involuntario e
incontenible), se amotinaron los fieles cuando no le dejaban aparecer
en público. Le trasladaron al convento de Reus. Fue procesado
por la Inquisición que le declaró perfectamente ortodoxo
y el propio Felipe II quiso conocerle, a lo que él
respondió: "¿Qué ganaréis con el ver a un
pobre cocinero del padre san Francisco?". Fue enviado al convento de
Jesús extramuros de Barcelona. Se le sometió a
prácticas de exorcismo para quitarle el demonio, que se pensaba
que tenía. San Carlos de Sezze, se hizo franciscano para
imitarlo. Murió en Cágliari en Cerdeña. Fue
canonizado por SS. Pío XI el 17 de abril de 1938.