Roque nació
en Asunción del Paraguay, en 1576, y era hijo de padres
españoles. Fue ordenado sacerdote secular, dentro de un primer
grupo de sacerdotes nativos en el Río de la Plata en 1599.
Su primera misión la realizó con un grupo de
indígenas, pero tuvo que abandonar este puesto, ya que su
familia se opuso (su hermano Francisco González de Santa Cruz,
estaba casado con la hija de Hernandarias, gobernador del Río de
la Plata). Fue párroco de la catedral de la Asunción,
donde se distinguió como sacerdote ejemplar en los nueve
años que ejercitó este ministerio, no dejándose
llevar por intereses económicos y no mostrando aspiración
alguna a las dignidades eclesiásticas, preocupándose
mucho por los pobres y por los indios, cuya lengua, el guaraní,
aprendió apara poder evangelizarlos mejor. El obispo Reginaldo
de Lizárraga le nombró provisor y vicario general del
obispado, pero viendo que su vocación hacia los indios, estaba
en peligro, decidió hacerse jesuita en 1609.
Su gran labor
misionera se inició cuando fue destinado a trabajar en la
misión de "San Ignacio de Loyola" (actual capital del
departamento de Misiones en el Paraguay), donde se comprometerá
con la defensa de los más débiles. Durante 14 años
fundó 11 pueblos (tenía el apoyo de su hermano que era
Teniente General y Gobernador de Asunción), iniciando la
política de las “reducciones”, donde los indios aprendieron a
cultivar la tierra, cuidar de los rebaños y muchos otros oficios
útiles. Había captado la psicología del
guaraní, y supo aprovecharla, estimulando la formación de
un tipo de república guaraní. Fue nombrado superior de
las misiones del río Paraná. Llegó a lugares donde
todavía no había estado el hombre blanco. Fundó
reducciones como las de Yatapua, Santa Ana y Yaguapoa. Nada pudo frenar
su impulso misionero. Ciudades como Posadas, Concepción y
Encarnación brotaron al calor humano de las reducciones.