SAN PROTASIO CHONG
KUK-BO
20 de mayo
1839 d.C.
Nació
en Songdo, provincia de Kyonggi, Corea, en el seno de una familia de
clase alta y rica; pero su padre no supo conservar el capital y
cayó en la pobreza, marchando entonces con su familia a Hanyang,
donde tuvo que trabajar para ganarse la vida. Era un muchacho de buen
carácter y nobles sentimientos. Cuando tenía treinta
años entró en contacto con el catolicismo, pero no fue
hasta años más tarde cuando se bautizó. Se
colocó luego como criado de la casa que servía de morada
y hospedería al sacerdote y a otros católicos. Contrajo
matrimonio, y tanto él como su esposa eran buenos cristianos.
Pero pasaron por varias pruebas: él tenía poca salud y
todos sus hijos se les morían. Mostró paciencia ante
estas desgracias y siguió viviendo como un buen creyente.
En
marzo de 1839 comenzó la persecución contra el
cristianismo. La fe en estas condiciones se les hizo a muchos muy
difícil, y ello llevó a apostasías teóricas
o prácticas. Protasio fue arrestado y, pese a las torturas
durante su detención, confesó la fe, pero quedó
muy débil, y ante las palabras tentadoras del Juez de darle la
libertad si apostataba, tuvo la desgracia de sucumbir. Pero su
conciencia no le dejaba vivir tranquilo; volvió a la fe, y
lavó en la confesión su apostasía. decidió
entonces presentarse de nuevo al Juez y desdecirse de su caída.
Pero los guardias le dijeron que lo hecho no tenía arreglo, y no
le dejaron hablar con el Juez. Volvió al día siguiente,
también inútilmente, y un tercero también, pero
volvió a ser rechazado. Entonces se sentó a la puerta del
tribunal, y cuando salía el Juez le hizo saber su
arrepentimiento por la apostasía, lo que trajo consigo su
arresto y detención. En el juicio confesó la fe
cristiana, y los muchos tormentos que sufrió, y la cárcel
misma, no le hicieron volverse atrás, perseverando hasta dar la
vida por Cristo en la propia cárcel, en Seúl, el 20 de
mayo de 1839. El Papa San Juan Pablo II lo canonizó el 6 de mayo
de 1984.