SAN PROCOPIO DE BOHEMIA
25 de marzo
1053 d.C.
Procopio nació
en el castillo de Kourim cerca de Chotoun y recibe su
instrucción en las letras eslavas en Vysehrad, Bohemia. En esta
época, Bohemia pertenecía, eclesiásticamente
hablando, a la diócesis de rito latino de Ratisbona y que en
aquel año fue erigida la nueva diócesis latina de Praga;
pero pese a estos eventos los duques bohemios opinaban firmemente que
debía usarse la liturgia eslava.
Se dice que
llegó a ser rey de Bohemia, que renunció a la corona, y a
su matrimonio, y en Praga fue ordenado sacerdote y fue recibido entre
los canónigos de Vysehard cercanos a la iglesia de San Clemente
y, "que no buscaba su propia comodidad" según dice un
biógrafo.
Siguiendo las
costumbres locales, y tal como otros sacerdotes, Procopio era casado y
tuvo a un hijo llamado Jimram (Emeramo) quien también
llegará a ser monje en el monasterio de su padre, quien, como a
menudo sucedía en aquella época, influenciado por el gran
movimiento benedictino, fue atraído por el ascetismo de los
benedictinos y se hizo monje, casi con certeza en el monasterio de
Brevnov, uno de los dos existentes en aquella época en Bohemia.
Pero después de
un breve tiempo, Procopio averiguó a sus superiores la
posibilidad de asumir una vida aún más austera, y con el
permiso de ellos, se apartó en soledad en una gruta cerca del
río Sázava a unos dos millas del nativo castillo de
Kourim. Por el año 1009 construyó una capilla y la
dedicó a la Virgen y a San Juan Bautista; dedicado a la
oración y a la meditación, no descuidó la regla
benedictina “Ora y labora" dedicándose a desbrozar el agreste
terreno para preparar un área arable; lo que dio inicio a una
pequeña aldea de ermitaños.
Según la
leyenda, el monasterio de Sázava fue donado por el
príncipe Ulrico, después de un milagro de
conversión de agua en vino, naciendo entre ellos una profunda
amistad. Después de la muerte del duque Oldrich, el
título lo heredó su hijo Bretislav duque de Moravia, el
que luego de una visita al monasterio quedó tan complacido con
la vida de Procopio, que decidió hacerlo elegir abad, cargo que
él no había querido.
El nuevo y primero
abad de Sázava, quiso que la Comunidad siguiera la Regla de San
Benito, la liturgia del ritual occidental romano, la lengua
litúrgica eslava. Bajo su guía, los monjes además
de los trabajos normales, se dedicaron a obras literarias y
artísticas, ampliando cada vez más las relaciones con el
mundo eslavo. Fue paternal con sus monjes más allá de lo
que se pueda contar, exigiéndoles con el ejemplo y
también con amonestaciones; durante su gobierno, no les
faltó nunca nada.
En todo caso, Procopio
tomó parte de la vida eclesiástica de Bohemia en sus
tiempos, estuvo en buenas relaciones con el duque Bretislav y con
Sebér (Severo) el obispo de Praga, quien presidió el
entierro del santo abad de Sázava, cuando murió.
Fue canonizado por el Papa Inocencio III el 4 de julio de 1204. La
fiesta religiosa por San Procopio de Sázava se celebra el 4 de
julio. Sus reliquias, excluido un brazo devuelto en 1669 a
Sázava, fue trasladado al 1588 al monasterio en Praga,
dónde ahora se veneran en la Iglesia Ognissanti del castillo
real. El Martirologio
Romano lo recuerda
el 25 de marzo. Patrón de Bohemia.