SAN POEMENO
450 d.C.
27 de agosto
Poimén o Pimen -cuyo nombre significa «pastor»- fue
uno de los más famosos padres del desierto egipcio. Retirado al
desierto egipcio de Scete con un hermano más joven y uno
más anciano; en el 408 los tres fueron obligados a abandonar,
por las incursiones de los bereberes, ese primer asentamiento, y buscar
refugio entre las ruinas del templo de Terenuthis. Anubis -el hermano
anciano- y Poimén, se alternaban en la guía de la
minúscula comunidad. Por la mañana trabajaban hasta el
mediodía, leían luego hasta las tres de la tarde,
después se dedicaban a la recogida de leña, comida, y
otras eventuales necesidades. De las doce horas nocturnas sólo
cuatro las dedicaban al reposo, mientras que las restantes las
repartían entre el trabajo y el canto del Oficio.
Dejó muchos apotegmas llenos de sabiduría:
"El agua es blanda y la piedra es dura. Sin embargo, cayendo el agua
gota a gota de un recipiente sobre la dura piedra, poco a poco la
taladra. Así es la palabra de Dios. Es blanda por su dulzura, y
aunque nuestro corazón sea duro e insensible, si se la escucha y
recibe con docilidad, abre al fin nuestro corazón, a pesar de su
dureza, para dejar entrar el temor de Dios." "La humildad es tan
necesaria al hombre como la respiración," "Nuestra voluntad
propia es como un muro de bronce que ponemos entre Dios y nosotros."
"Si refrenas tu lengua, tendrás reposo." Murió casi
centenario. La liturgia bizantina define al santo como
«lámpara del universo y modelo para los monjes».