En un elogio de algún
antiguo Martirologio Romano se
leía: “En Montecassino, en Italia, San Petronax o Petronaco,
abad y obispo”.
Nació
en Brescia, en el seno de una poderosa familia de la región de
Nápoles. Movido por el deseo de vida religiosa, decidió
gastar toda su hacienda en la restauración de Montecasino. Era
benedictino y, vivía en Roma en la comunidad emigrada de
Montecasino tras la destrucción de los longobardos, en el
580.
El
año 717, Petronax vivía con unos cuantos ermitaños
venidos de Latera en las ruinas del convento de Montecasino
cuando recibió del papa san Gregorio II las instrucciones de
reconstruir el convento. Petronax se convertía así en el
Abad del convento, y recibía en 742 la regla de San Benito del
papa san Zacarías; la vida benedictina volvió a empezar
en ese célebre monasterio. Fue abad durante 34 años.
Está considerado como el "segundo fundador de Montecasino".
Bajó su dirección fueron monjes san Wilebaldo, obispo de
Eichstätt, y san Esturmio de Fulda.