SAN PEREGRINO LAZIOSI
1 de mayo
1345 d.C.
Nació en Forlí, Romagna, Italia, en el seno de una
familia acomodada. De joven, tomó parte muy activa en la
política de su ciudad natal, que pertenecía al partido
del antipapa. En 1282, llegó a la ciudad de Forlí, san
Felipe Benizzi, con el fin de aplacar los ánimos de la gente
después del interdicto del papa Martín IV. Allí
san Felipe recibió una bofetada de un joven, que airado no
entendía lo que pasaba. Felipe ante la agresión,
respondió con dulzura, y esto convirtió a este joven
llamado Peregrino, que decidió ingresar en los servitas (que era
la misma congregación de Felipe).
Entre 1290 y 1295 ingresó en los servitas de
Siena. Su principio fundamental era el de no detenerse nunca en el
camino de la virtud, sino ir siempre adelante. Fue ordenado sacerdote.
Regresó a su pueblo para fundar un nuevo monasterio de la Orden;
estaba totalmente cambiado y viviendo una vida ascética
realmente terrible por sus penitencias (estuvo 30 años sin
sentarse); además fue un monje obediente y ejerció una
gran actividad caritativa entre los campesinos ayudándoles
durante las carestías. Tuvo dones taumatúrgicos. Tuvo
cáncer en una pierna y curó milagrosamente la noche antes
de que se la amputaran. Murió octogenario en
Forlí. Fue canonizado el 27 de diciembre de 1726 por
Benedicto XIII. Patrón de Forlí y su
diócesis; también es patrón de los enfermos de
cáncer y del SIDA.