SAN PEREGRINO DE
AUXERRE
16 de mayo
304 d.C.
Parece que era romano. Es venerado como el primer obispo de Auxerre,
sede a la cual fue enviado por el Papa San Sixto II; pero esto es una
leyenda, en realidad fue martirizado durante la persecución de
Diocleciano, en un lugar llamado Bouhy.
La leyenda, que data de muy antiguo, cuenta que el Papa Sixto II
consagró al primer obispo de Auxerre, san Peregrino, y le
envió a la ciudad a instancias de los cristianos. San Peregrino
desembarcó en Marsella, donde predicó el Evangelio, y lo
mismo hizo en Lyon. Durante su episcopado, se convirtieron al
cristianismo casi todos los habitantes de Auxerre. El santo
construyó una iglesia en las riberas del Ionne y
evangelizó las regiones circundantes.
En las montañas de Puisaye, a unas diez leguas al sudeste de
Auxerre, se levantaba la ciudad de Intaranum (actualmente Entrains), en
la convergencia de varios caminos. El prefecto romano tenía
allí su palacio. Durante las fiestas de la dedicación de
un nuevo templo a Júpiter, Peregrino se presentó en
Intaranum y exhortó a la turba a renunciar a la
idolatría. Inmediatamente fue arrestado y llevado ante el
gobernador, quien le condenó a muerte. El santo obispo fue
degollado, después de sufrir crueles torturas. No se
puede dudar de la historicidad del martirio de san Peregrino, pues el
“Martyrologium Hieronymianum” lo conmemora en este día y
afirma que tuvo lugar en «vicus Baiacus» (Bouhy), donde fue
sepultado el santo.