SAN PEDRO DE ARGOS
3 de mayo
922 d.C.
Natural de Constantinopla; aprendió de sus padres el amor a las
cosas divinas y la caridad para con los más necesitados. Igual
que sus hermanos tuvo una buena educación y, como ellos, se hizo
monje y vivió la ascesis. Cuando uno de sus hermanos fue elegido
obispo de Corintio, lo siguió a su sede y allí se
construyó una ermita.
Con el tiempo san Pedro fue elegido obispo de Argos y su santidad,
caridad, hospitalidad y paciencia le hicieron famoso. Entregó
aperos de labranza a los agricultores pobres. Redimió a los
esclavos de los piratas berberiscos de la isla de Creta. Entregó
los necesarios subsidios a los jóvenes que querían
estudiar. En medio de todas estas preocupaciones, mantuvo su amor por
la soledad.