SAN PEDRO CLAVER
1654 d.C.
9 de septiembre
Pedro
Claver y Juana Corberó, campesinos catalanes, tuvieron seis
hijos, pero solo sobrevivieron Juan, el mayor, y los dos mas
pequeños, Pedro e Isabel. El padre apenas podía firmar su
nombre, pero era un hombre trabajador y buen cristiano. La infancia de
Pedro quedó oculta para la historia como la de tantos santos,
incluso la de Nuestro Señor. Trabajaba en el campo con su
familia.
Pedro se graduó de la Universidad de Barcelona. A
los 19 años decide ser Jesuita e ingresa en Tarragona. Mientras
estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encuentra con San
Alonso Rodriguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso
recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura
misión del joven Pedro y desde entonces no paró de
animarlo a ir a evangelizar lo territorios españoles en
América.
Pedro creyó en esta inspiración y con gran
fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la
Nueva Granada en 1610. Debía estudiar su teología en
Santa Fe de Bogotá. Allí estuvo dos años, uno en
Tunja y luego es enviado a Cartagena, en lo que hoy es la costa de
Colombia. En Cartagena es ordenado sacerdote el 20 de Marzo de 1616.
Al llegar a América, Pedro encontró la
terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada que
había comenzado ya desde el segundo viaje de Colón el 12
de Enero de 1510, cuando el rey mandó a emplear negros como
esclavos. Se trata de una tragedia que envolvió a unos 14
millones de infelices seres humanos. Un millón de ellos pasaron
por Cartagena. Los esclavos venían en su mayoría de
Guinea, del Congo y de Angola. Los jefes de algunas tribus de esas
tierras vendían a sus súbditos y sus prisioneros. En
América los usaban en todo tipo de trabajo forzado: agricultura,
minas, construcción.
Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de
las flotas españolas se convirtió en el principal centro
del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo. Mil esclavos desembarcaban
cada mes. Aunque se murieran la mitad en la trayectoria
marítima, el negocio dejaba grandes ganancias. Por eso, las
repetidas censuras del papa no lograron parar este vergonzoso mercado
humano.
Pedro no podía cambiar el sistema. Pero si
había mucho que se podía hacer con la gracia de Dios.
Pero hacía falta tener mucha fe y mucho amor. Pedro supo dar la
talla. En la escuela del gran misionero, el padre Alfonso Sandoval,
Pedro escribió: "Ego Petrus Claver, etiopum semper servus" (yo
Pedro Claver, de los negros esclavo para siempre". Así fue. San
Pedro no se limitó a quejarse de las injusticias o a lamentarse
de los tiempos en que vivía. Supo ser santo en aquella
situación y dejarse usar por Jesucristo plenamente para su obra
de misericordia. En Cartagena durante cuarenta años de intensa
labor misionera se convirtió en apóstol de los esclavos
negros. Entre tantos cristianos acomodados a los tiempos, el supo ser
luz y sal, supo hacer constar para la historia lo que es posible para
Dios en un alma que tiene fe.
A pesar de su timidez la cual tubo que vencer, se
convirtió en un organizador ingenioso y valiente. Cada mes
cuando se anunciaba la llegada del barco esclavista, el padre Claver
salía a visitarlos llevándoles comida. Los negros se
encontraban abarrotados en la parte inferior del barco en condiciones
inhumanas. Llegaban en muy malas condiciones, víctimas de la
brutalidad del trato, la mala alimentación, del sufrimiento y
del miedo. Claver atendía a cada uno y los cuidaba con exquisita
amabilidad. Así les hacia ver que el era su defensor y padre.
Enseña a los esclavos
Los esclavos hablaban diferentes dialectos y era
difícil comunicarse con ellos. Para hacer frente a esta
dificultad, el padre Claver organizó un grupo de
intérpretes de varias nacionalidades, los instruyó
haciéndolos catequistas.
Mientras los esclavos estaban retenidos en Cartagena
en espera de ser comprados y llevados a diversos lugares, el padre
Claver los instruía y los bautizaba. Los reunía, se
preocupaba por sus necesidades y los defendía de sus opresores.
Esta labor de amor le causó grandes pruebas. Los esclavistas no
eran sus únicos enemigos. El santo fue acusado de ser indiscreto
por su celo por los esclavos y de haber profanado los Sacramentos al
dárselos a criaturas que a penas tienen alma. Las mujeres de
sociedad de Cartagena rehusaban entrar en las iglesias donde el padre
Claver reunía a sus negros. Sus superiores con frecuencia se
dejaron llevar por las presiones que exigían se corrigiesen los
excesos del padre Claver. Este sin embargo pudo continuar su obra entre
muchas humillaciones y obstáculos. Hacia además
penitencias rigurosas. Carecía de la comprensión y el
apoyo de los hombres pero tenia una fuerza dada por Dios.
Muchos, aun entre los que se sentían molestos con
la caridad del padre Claver, sabían que hacia la obra de Dios
siendo un gran profeta del amor evangélico que no tiene
fronteras ni color. Era conocido en toda Nueva Granada por sus
milagros. Llegó a catequizar y bautizar a mas de 300,000 negros.
En la mañana del 9 de Septiembre de 1654, después de
haber contemplado a Jesús y a la Santísima Virgen, con
gran paz se fue al cielo.