SAN PATERNO DE VANNES
21 de mayo
490 d.C.
Nació probablemente en Poitiers, Francia, y llegó a ser
obispo de Vannes, en ese mismo país. A diferencia de los
demás obispos fundadores de diócesis en Bretaña,
san Paterno no era de origen bretón. Por su nombre, su origen
quizás haya sido galo romano. Sin embargo se desconocen muchos
detalles acerca de su vida.
Al parecer, un concilio provincial, presidido por
san Perpetuo, obispo de Tours y celebrado por seis obispos
resolvió la necesidad o la contingencia de nombrar un obispo
para Dariorige (hoy Vannes), y el cargo recayó en san Paterno.
Luego de fijar los límites del nuevo obispado, san Paterno
enfrentó difíciles conflictos, tanto con los partidarios
de un cristianismo local de tradición celta, como los de un
cristianismo de corte más bien galo-romano.
Una inmigración de bretones que regresaba de la
Gran Bretaña vino a complicarle la situación, pues
tenía que conciliar a gente con ideas y experiencias distintas.
Dentro de este contexto, san Paterno fue un artífice de la
unidad, y durante un tiempo supo mantener el equilibrio con las
distintas facciones en pugna. Sin embargo, las intrigas y la
incomprensión lo forzaron a dimitir y a exilarse, por lo que se
retiró a la soledad de una ermita, donde murió en
penitencia y en el olvido total.