SAN PARIS
11 de junio
1267 d.C.
Natural de Treviso. Monje camaldulense a los 12 años. A pesar de
su juventud, desde un principio entró de lleno en la existencia
del claustro y muy pronto se convirtió en un modelo de fervor y
obediencia a la regla. En 1190 fue ordenado sacerdote. Por su
sabiduría y prudencia a los 30 años, fue nombrado
director espiritual de las monjas de Santa Cristina en Treviso y en
esta labor estuvo durante 77 años con abundantes y
magníficos frutos para la comunidad; tuvo una única
preocupación: no hacerse notar, a pesar de los milagros que
hacía, y lo consiguió.
Parece que la existencia del santo no tuvo acontecimientos fuera de lo
común y probablemente se le habría olvidado, a no ser por
sus profecías y los milagros que ocurrieron durante su vida y
después de su muerte. Se cree que vivió hasta la edad de
ciento ocho años. Su cadáver fue sepultado en la iglesia
del convento al que había servido durante tanto tiempo, y las
gentes comenzaron a rendirle culto desde su muerte; su sucesor,
Alberto, obispo de Treviso, extendió su devoción.