SAN OVIDIO
3 de junio
135 d.C.
Ovidio era un ciudadano romano de origen siciliano. La tradición
afirma que fue enviado a Braga, Portugal, por el papa san Clemente I,
de donde fue su tercer obispo sobre el año 95. Se dice que
bautizó a santa Marina de Orense y sus hermanas después
de que estas fueran abandonadas por su madre. Recibió el
martirio por su fe cristiana. Su sepulcro se encuentra en la catedral
de Braga.
En realidad es un mártir romano de dudosa existencia u otro
Obispo de Braga en Portugal. No sabemos nada más de él,
sólo que vivió en la alta Edad Media. El
texto afirma que en sitios arqueológicos lusitanos
desaparecidos, Ovidio se veía ataviado con vestimentas de obispo
o de ermitaño, lo que atestiguan una veneración desde
antiguo. Existe un sepulcro en la catedral de Braga que
tradicionalmente se considera que contiene los restos del Santo.
Su nombre proviene del latín "Sanctus Auditus", que en
portugués se convirtió en Santo Ovidio. Sin embargo sus
devotos lo llaman «São Ouvido» (‘san Oído’).
A raíz de este nombre, sus devotos creen que el santo es el
patrono de los sordos. Incluso se generó un ritual en su
sepulcro: bajo la base de su tumba en la catedral hay dos agujeros: los
sordos meten los dedos en esos huecos y luego se tocan las orejas con
los dedos.