SAN ONOFRE
12 de junio
400 d.C.
Vivió solitario en el desierto de Tebas durante 40 años.
El abad san Pafnucio, en visita a los solitarios, lo descubrió
para el mundo, a este hombre que vivía en autentica penitencia.
La llegada de san Pafnucio con la Eucaristía fue su
viático, murió al día siguiente. Si no es por
Pafnucio nunca hubiéramos sabido nada de él.
Fue hijo
de un rey egipcio o abisinio y que vivió en el siglo IV. El
demonio instigó a su padre para que lo pasase por el fuego como
prueba de si era hijo bastardo. Onofre salió ileso. Fue criado
en un convento de la tebaida egipcia (monjes que vivían en el
desierto). Al crecer se apartaron de él y vivió como
ermitaño. La leyenda cuenta que una columna de fuego lo
acompañó hasta la ermita. Se alimentaba con
dátiles y agua. Se vistió con sus propios cabellos. Un
ángel le llevaba pan y los domingos la Eucaristía.
Vivió de esta forma por 60 años. Al morir los
ángeles le rindieron honores. Patrón del Principado de
Mónaco y de Munich.