SAN NATALÁN DE ABERDEEN
8 de enero
678 d.C.



   Nació en Escocia, y según la leyenda era una persona rica; poseía una gran finca, que distribuyó entre los pobres. Se hizo anacoreta y es venerado porque se ganaba la vida cultivando la tierra, que según él era "la cosa que más acerca a la contemplación divina" y, además, fue generoso con los pobres.

   Era versado en ciencias profanas y sagradas, y en una peregrinación a Roma que realizó, el papa le confirió la ordenación episcopal. Se cuenta sobre el santo la leyenda de que camino a Roma, espantado por una tormenta, blasfemó, y para realizar penitencia, se encadenó las manos, y arrojó la llave al agua; al volver de su peregrinación, compró un pez en un mercado, encontró en él la llave, y comprendió que su pecado habían sido perdonado; volvió a Roma a contarle el prodigio al Papa, y esto habría motivado la decisión de convertirlo en obispo. Esta leyenda del pez se repite en la vida de otros santos.

   Se dice que fue obispo de Tullicht o Aberdeen en Escocia. Continuó empleando sus ingresos en caridad, así como desarrollando una vida personal austera, por medio del trabajo de sus manos, y al mismo tiempo predicando el evangelio a los pobres. Por sus enseñanzas Escocia fue preservada de la herejía pelagiana. Fue uno de los apóstoles de esas tierras. Erigió las iglesias de Tullicht Bothelim, y de la colina, y en la primera de estas fue enterrado, y continuó por mucho tiempo su fama merced a los milagros atribuidos a sus reliquias. Su culto fue oficialmente confirmado el 5 de julio de 1898 por León XIII, junto al de muchos santos escoceses de la época.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)