SAN MODESTO DE
TRÉVERIS
24 de febrero
489 d.C.
Obispo de
Tréveris (486-489). Atrajo a todos por su desprendimiento y
caridad hacia el prójimo en el momento difícil en el que
la ciudad estuvo bajo el dominio franco de los reyes Merboco y
Childeberto. La población soportó todas las consecuencias
del desorden, del desaliento, del dolor de los muertos y de la
indigencia. Los usos y costumbres de los cristianos estaban
desencaminados; abundaba el vicio, el desarreglo y libertinaje. Para
colmo de males, si la comunidad cristiana estaba deshecha, el estado en
que se encuentraba el clero era aún más deplorable. En su
mayor parte, estaban desviados, sumidos en el error y algunos nadaban
en la corrupción.
El obispo se refugió en la oración; allí
gimió en la presencia de Dios, pidiendo y suplicando que
aplacase su ira. Apoyó el ruego con generosa penitencia;
lloró los pecados de su pueblo y ayunó. También
predicó. Fue poco a poco en una labor lenta; comenzó a
visitar las casas y a conocer en directo a su gente. Sobre todo, los
pobres se beneficiaron primeramente de su generosidad. Hubo un cambio
entre los fieles que supo ganar con paciencia y amabilidad.
Murió con fama de santidad.