Nació
en Nhu-Lam (Vietnam), en el seno de una familia cristiana; fue un gran
mandarín y sobreintendente de las sederías reales. El
obispo lo nombró primer catequista de la provincia y
administrador de los bienes de la misión. Hubo un momento en que
se mostró débil en el cumplimiento de sus deberes,
primero por un adulterio y luego al acompañar al rey Tu Duc a
los sacrificios religiosos y de este modo se hallaba expuesto a toda
suerte de prácticas supersticiosas. Quiso renunciar, pero el rey
no se lo permitió.
Un
mandarín rencoroso lo acusó de cristiano y de
cómplice con el ejército de la marina francesa. Sometido
a torturas, delató a algunos cristianos y sacerdotes pensando
que no podrían ser apresados; después se
arrepintió, lloró amargamente y pidió
perdón por el daño que había hecho. Con todas sus
energías se opuso a renegar de su fe, como le pedían.
Contestó al rey: "Llevo en paz mis sufrimientos en
expiación de mis pecados; quiero morir bien y asemejarme a
Jesucristo". Después de indecibles vejaciones fue decapitado en
An-Hoa (Hué). Fue
canonizado por SS Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.