SAN METRÓFANES
DE BIZANCIO
4 de junio
325 d.C.
Obispo de
Bizancio (313-325); se supone que fue el primero en ocupar esta sede;
pero en realidad se sabe muy poco de él. Metrófanes era
el hijo de Domecio, hermano del emperador Probo. Aquel se
convirtió al cristianismo y se fue a vivir a Bizancio, donde
cultivó una profunda amistad con el obispo Tito. Este le
confirió las órdenes y, al morir, invistió a
Domicio con la dignidad episcopal. El obispado pasó a manos de
los dos hijos de éste último: Probo, quien ocupó
la sede durante quince años y, luego, Metrófanes. La vida
de santidad del obispo fue, al parecer, uno de los factores que
indujeron a Constantino a elegir la ciudad de Bizancio como su capital;
el otro factor fue la inmejorable situación de la ciudad.
Metrófanes, era obispo de Bizancio en los
días del emperador Constantino; probablemente fue el primer
obispo en aquella ciudad, que antes se hallaba comprendida en la
diócesis de Heraclea. Gozó de gran reputación de
santidad entre los cristianos de oriente, quienes construyeron una
iglesia en su honor, poco después de la muerte de
Constantino.
La avanzada edad de Metrófanes le impidieron
asistir al Concilio de Nicea, pero envió a su presbítero
san Alejandro de Constantinopla para representarle. Al regreso del
emperador y los clérigos que habían asistido al Concilio,
el obispo Metrófanes anunció a todos, como si hiciera una
profecía, que el presbítero Alejandro sería un
sucesor y que era su deseo que san Pablo de Constantinopla, un
jovencito, lector del obispo, sucediera a Alejandro. Pocos días
más tarde, murió.