SAN MÁXIMO DE
TURÍN
25 de junio
423 d.C.
Primer obispo de
Turín durante el atormentado período de las invasiones
bárbaras en la Italia septentrional. Escribió varios
sermones y escritos ascéticos -que todavía existen-,
donde se demuestran su gran conocimiento de las Escrituras y su
magisterio. Máximo exhortaba a todos los cristianos para que
hiciesen el signo de la cruz al emprender cualquier acción,
puesto que «por el signo de Jesucristo (hecho con
devoción) se pueden obtener bendiciones sin cuento sobre todas
nuestras empresas». En uno de sus sermones, abordó el tema
de los festejos un tanto desenfrenados del Año Nuevo y
criticó la costumbre de dar regalos a los ricos, sin haber
repartido antes limosnas entre los pobres. Más adelante, en esa
misma prédica, atacó duramente a «los herejes que
venden el perdón de los pecados», cuyos pretendidos
sacerdotes piden dinero por la absolución de los penitentes, en
vez de imponerles penitencias y llanto por sus culpas.
Parece que estuvo en el concilio de Turín, en el
que se reunió a las Iglesias de las Galias, en el 398. Su
actividad pastoral se centró en terminar con los vestigios
paganos de culto. Para hacer eficaz su programa de
cristianización, pidió la colaboración de los
terratenientes, que parecen fueron los destinatarios de su
predicación. Aunque en Turín hubo arrianos, parece que su
preocupación fue la propaganda judía extendida en la
ciudad. Murió durante el reinado de Honorio y Teodosio II.