SAN MAXIMO DE L'AQUILA
10 de junio
250 d.C.
Nació en la antigua ciudad de Aveia (cerca de L’Aquila) en el
seno de una familia cristiana. Era un diácono, famoso por su
celo. Durante la persecución de Decio, compareció ante el
prefecto de la ciudad y manifestó su fidelidad a Cristo. Fue
torturado cruelmente, pero no consiguieron que apostatara. El prefecto
para disuadirlo le ofreció la mano de su hija Cesaria, pero
aquellas artimañas no sirvieron para doblegar la profunda fe de
nuestro mártir. Fue arrojado por un acantilado cercano a su
ciudad natal, otras versiones dicen que fue arrojado desde el punto
más alto de la ciudad llamado Círculo o Torre del Templo.
Quizás por esta causa la ciudad de Aveia (hoy
Fossa) fue sede episcopal. Cuando destruyeron esta población,
sus reliquias se llevaron a otra ciudad cercana “Civitas Sancti Maximi”
y el 10 de junio del 956, el emperador Otón y el Papa Juan XII
fueron para venerar sus reliquias. En 1256, la sede episcopal y las
reliquias fueron trasladadas a la ciudad del L’Aquila y colocadas en su
catedral a él dedicada. Patrón de L'Aquila y su
archidiócesis.