SAN MÁXIMO DE
JERUSALÉN
5 de mayo
350 d.C.
Conmemoración de San Máximo, obispo
de Jerusalén, el cual fue condenado por el césar Maximino
Daya a trabajos forzados en las minas, después de que le
hubieran arrancado un ojo y quemado un pie con un hierro candente.
Alcanzada la libertad, pudo marchar de allí y fue nombrado
obispo de la Iglesia de Jerusalén, en donde, con el prestigio de
su gloriosa confesión, descansó en paz.