SAN MÁXIMO DE ÉFESO
14 de mayo
250 d.C.



   Era un mercader de Éfeso, que en el 250, cuando fue publicado el Edictode Decio contra los cristianos, se presentó al juez declarándose cristiano y fue martirizado. El procónsul mandó a los verdugos que azotasen a Máximo. Como esto no produjese ningún efecto, los verdugos le colgaron en el instrumento de tortura llamado el «potro». Pero como el mártir permaneció inconmovible, Óptimo pronunció la sentencia de muerte: «Máximo se ha negado a obedecer a la ley y a ofrecer sacrificios a la excelsa Diana: por ello, la Divina Clemencia (es decir, el emperador) le condena a ser lapidado para que su muerte sirva de escarmiento a los otros cristianos». Máximo fue apedreado fuera de la ciudad y murió mientras glorificaba y daba gracias a Dios.

   Los hechos parece que ocurrieron en la persecución de Decio, hacia el 250, y quizás (pero con muy poca seguridad) en la ciudad de Lampsaco. Siempre será difícil para nosotros comprender, no ya el "ansia de martirio" (que se ha dado en todas las épocas) sino esta auto entrega a las autoridades, que se dio con bastante profusión en los primeros siglos, y que la Iglesia prohibió luego explícitamente.

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(Parroquia San Msrtín de Porres)