SAN MARUTA DE MARTIRÓPOLIS
16 de febrero
420 d.C.
Es uno los
grandes doctores de la Iglesia de Siria. Era hijo de un funcionario estatal
(tal vez un gobernador) y siguió la carrera de su padre, tomando su
puesto. En su juventud estudió Teología y Medicina. Fue elegido
obispo de Sofena, Armenia en el sínodo del 382 de Siclé, Bitinia.
Formó parte de varias embajadas ante el rey de Persia. Se dice que
curó de un fuerte dolor de cabeza al rey Yazdgard I en el 399, liberó
a una hija o hijo de una posesión diabólica, logró desenmascarar
las astucias de los magos que incitaban al emperador a alejarlo por ser amigo
del Papa. Obtuvo de este rey un trato favorable para los cristianos. Cargó
con la ingente tarea de rehacer la iglesia, destruida por el rey Isdegardes
en Persia. Fue un gran taumaturgo. Escribió sobre la liturgia, los
concilios de Nicea y Seleucia, así como "Himnos" sobre la vida de los mártires
durante la persecución de Shapor II, de los que logró recuperar
reliquias de varios de ellos.
Colaboró con el "catholikos" Ishaq en la unidad de los
obispos de su tiempo. En el sínodo de la Encina (403), en Calcedonia,
que decretó el exilio de san Juan Crisóstomo, no logró
oponerse a Teófilo de Alejandría y a Epifanio de Salamina.
San Juan Crisóstomo dio gran valor a su amistad y nunca le guardó
rencor. En el 410 participó en un sínodo que se celebró
en Seleucia, durante el cual se optó por una nueva organización
de la Iglesia persa y siria. Murió en su sede de Majferqat.