SAN MARCELINO DE ANCONA
9 de enero
576 d.C.
Nacido
en la ciudad italiana de Ancona, fue consagrado obispo de esa
diócesis alrededor del año 550. De él habla san
Gregorio Magno en sus “Diálogos”: "Un día la
ciudad de Ancona se incendió; el fuego se desarrolló
rápidamente y los habitantes no eran capaces de extinguirlo,
así que la ciudad se vio amenazada por la ruina. Marcelino (a
quien la gota impedía caminar) se hizo llevar hasta el lugar del
siniestro y se puso justo delante del fuego; de repente las llamas se
apagaron, incapaces de pasar al lugar en el que estaba el Obispo".
Tradiciones hagiográficas posteriores lo hacen de la noble
familia local de Boccamajore, y tercer Obispo de Ancona, sin que haya
propiamente elementos para verificar estos datos. Su cuerpo se conserva
como reliquia en una tumba en la cripta de la catedral de Ancona.