SAN MAMANTE DE CESAREA
275 d.C.
17 de agosto
Nació prematuramente
en Cesarea de Capadocia, mientras eran martirizados sus padres santos
Rufina y Teódoto, y después de una existencia sujeta
primeramente dedicada al pastoreo y después a continuas a
detenciones, interrogatorios y castigos, murió en Cesarea,
durante la persecución de Aureliano, a manos de un gladiador que
lo desventró.
La "passio" más antigua narra que era un muchacho
de 12 años que vivía con el obispo de Cesarea de
Capadocia, Taumasio, que al morir mártir bajo el gobierno de
Aureliano, a Mamés se le respetó por su corta edad,
sintió una voz que le impulsó a abandonar la ciudad.
Así comenzó su predicación a los animales
salvajes, acompañada de la lectura del Evangelio. Así
vivió durante cinco años, alimentandose de miel y leche
que le daban los animales, y él fabricaba quesos que enviaba a
los cristianos perseguidos. Al enterarse de su actividad el gobernador
Alejandro, mandó detenerlo acusado de magia, pero los soldados
que fueron a prenderle se convirtieron, y todos fueron arrestados y
conducidos a la cárcel, los soldados fueron decapitados y a
Mamés se le aplicó toda suerte de torturas, y se le
arrojo a las fieras, pero estas lo respetaron. Durante su estancia en
la cárcel consiguió liberar a los presos y convertir a
muchos. Al final murió tranquilamente, después de
predecir la muerte del gobernador Alejandro, como así
sucedió. Se decía que era uno de los pastores de
Belén. Los santos Gregorio Nacianceno y Basilio "el Grande" lo
elogiaron porque su martirio abarca toda una vida. Su vida es muy
venerada en Oriente.