SAN MAGNO DE ODERZO
667 d.C.
6 de octubre
Nació en Venecia, en el seno de la noble familia de los
Frigerio. Después de realizar estudios humanísticos en su
ciudad natal, se retiró para hacer vida eremítica a una
isla de una laguna cercana, donde se preparó para el sacerdocio.
Fue ordenado en la ciudad de Oderzo, donde ejerció su sacerdocio
combatiendo a los últimos propagadores del paganismo y a la
infiltración arriana proveniente de la diócesis (Ceneda),
ocupada por los Lombardos.
Fue obispo de Opitergium, actual Oderzo, sucediendo a san
Ticiano en el 630. La ciudad y parte de la diócesis
todavía está sujeta a Bizancio, de la que
constituía el último contrafuerte de resistencia en
tierra firme contra el reino lombardo. No es extraño que el rey
Grimoaldo, aprovechando la circunstancia de que las fuerzas bizantinas
estaban comprometidas en Oriente, en 638-39 asaltó y
ocupó la ciudad. La mayor parte de los habitantes, bajo la
guía de su jefe político y especialmente del obispo, se
refugió en la isla vecina de la laguna véneta, que
formaba parte de la diócesis de Oderzo. Magno obtiene del papa
Severino y de Primigenio, patriarca de Grado, la transferencia de la
sede episcopal, a Heraclea, aunque conservando el nombre de Oderzo.
Allí construye la catedral dedicada al apóstol San Pedro,
de modo que la tradición también lo hace fudador, por
divina inspiración, de otras ocho iglesias en la zona en donde
surgirá Venecia. En este momento, Magno, apareció como el
obispo que se oponía a los potentes soberanos lombardos. Celoso
en su fe, trabajador en la caridad, fue un obispo constructor.
En 665-667, Oderzo fue reocupada y casi destruida por los
Lombardos. El santo sobrevive pocos años a este triste evento:
muere nonagenario y fue sepultado en su catedral. Fue decapitado
según algunas tradiciones. En Venecia se sigue venerando a San
Magno a pesar de que después de el 22 de abril de 1956 sus
restos volvieron a la nueva Heraclea para ser conservados en la iglesia
parroquial de Santa María Inmaculada.