SAN MACARIO DE ANTIOQUÍA
10 de abril
1012 d.C.



   Se dice que nació en Antioquía de Pisidia en el seno de una familia cristiana que tenía dificultades para tener descendencia; Macario fue fruto de las oraciones de sus padres. Fue enviado al lado de su tío, el obispo de Antioquía, para que se educara. Su tío le eligió como su sucesor y subió a la sede episcopal de Antioquía cuando todavía era muy joven. Su elección fue aceptada por el pueblo, pero a él tuvieron que insistirle, ya que Macario se sentía profundamente indigno de ocupar ese puesto.

   Una vez obispo, se entregó de lleno al cuidado de su grey. Fue un verdadero padre para todos. Su vida fue mortificada y entregada a la oración y al servicio de la caridad, olvidándose siempre de sí mismo. A todas partes llegó su acción caritativa y apostólica. Tuvo una especial sensibilidad hacia los enfermos de lepra a quiénes cuidó y en algunos casos curó. Lleno de humildad y con deseos de una mayor entrega, renunció al arzobispado y a todas sus prebendas. Se dice que sufrió el martirio de la crucifixión, pero salió milagrosamente indemne. Marchó a Occidente como obispo misionero y fue acogido por los benedictinos de Saint-Bavon en Gante, donde murió de peste. Sus restos reposan en la catedral de Gante. Su vida fue forjada en el siglo XI por los monjes de la abadía de Saint-Bavon de Gante.

   Según A. Butler en su “Vida de santos”: san Macario no fue nunca arzobispo de Antioquía de Siria. Para huir de los honores que ponían en peligro su humildad -dice la leyenda-, Macario distribuyó sus posesiones entre los pobres y partió en una peregrinación a Jerusalén, donde los sarracenos le tomaron prisionero y le torturaron. El santo logró finalmente escapar y atravesó Europa, haciendo milagros. Según se cuenta, pasó por Mainz, Colonia, Malinas, Cambrai y Tournai, hasta llegar a Gante. Allí le recibieron hospitalariamente los monjes de Saint-Bavon en la casa de huéspedes del convento. San Macario fue víctima de la peste; como la epidemia cesó inmediatamente después de su muerte, tal como él lo había profetizado, se cree que san Macario se ofreció a Dios por los pecados del pueblo.

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(Parroquia San Martín de Porres)