SAN LUCAS DE DEMENNA
5 de febrero
995 d.C.
Nació en Sicilia, en Demenna (Castrogiovanni), y fue iniciado en
el ascetismo basiliano en el monasterio de San Felipe d'Agira. Para
escapar del acoso de los sarracenos, que habían conquistado la
isla, atravesó el estrecho de Mesina y se fue a poner bajo la
disciplina de san Elías el Espeleota, en Reggio. Pero muy pronto
también la zona de Aspromonte se convirtió en el destino
de incursiones sarracenas, por lo que tomó el camino del norte
hasta llegar a la famosa eptarquía monástica de
Mercurión, en la frontera entre Calabria y Lucania.
Fundó una laura
(claustro) en el territorio de Nola (Nápoles), donde
restauró la iglesia en ruinas de San Pedro y habitó con
sus discípulos durante siete años, practicando el
ascetismo más riguroso y entregándose a las labores del
campo, a fin de «cambiar el desierto en jardín».
Deseoso de una mayor soledad, pasó al territorio de Agromonte,
cerca del río Agri, donde restauró el monasterio de San
Julián.
Prestó su ayuda de caridad cristiana a los soldados heridos en
el conflicto entre los sarracenos y los alemanes de Otón II;
fortificó el castillo de Armento y la iglesia de la Madre de
Dios, dejando la custodia a sus discípulos. Aquí tuvo
origen, hacia el 971, el famoso monasterio de los Santos Elías y
Anastasio del Carbone, que se convirtió en el «cuartel
general» del santo, ya fuera como un baluarte contra las
incursiones de los sarracenos, ya como escenario de los muchos milagros
que allí obró. Asistido por Sabas el Joven, san Lucas
murió y fue sepultado en la iglesia del monasterio, donde
recibió culto público. Tiene culto local.