Pertenecía a
la familia del emperador Zenón, y fue enviado por éste
como obispo de Siponto en la Apulia, Italia, tras la petición
que le hizo una legación sipontina. Lorenzo partió para
Roma, llevando consigo las reliquias de san Esteban y santa
Ágata, y fue consagrado obispo por el Papa San Gelasio I.
Una vez elegido
obispo, construyó la iglesia de Gargano dedicada a San Miguel
arcángel, en virtud de una aparición que dicen, tuvo en
la ciudad. La ciudad fue asediada por el rey de los hérulos,
Odoacro, y nuestro obispo obtuvo del rey tres días de tregua,
después de un hecho milagroso, los sipontinos vencieron a los
hérulos y se atribuyó la victoria a la
intervención, de nuevo, del arcángel san Miguel.
Se cuenta que
Lorenzo obtuvo la intercesión de san Miguel para rechazar la
incursión de los napolitanos a Siponto. Parece que tuvo el don
de profecía y anunció la inminente guerra contra los
godos. En el 552, consiguió, también milagrosamente, que
el rey Totila no destruyera la ciudad. Trabajó incansablemente
por su diócesis y fue querido y venerado. La leyenda relata que
san Lorenzo trajo de Constantinopla el icono de la Virgen María
de Siponte, actual copatrona de la ciudad de Manfredonia. Patrón
de la ciudad y diócesis de Manfredonia que sucedió a la
diócesis de Siponto. Tiene culto local.