SAN LEUFREDO
21 de junio
738 d.C.
La Vita de
Leutfrido está escrita por un monje anónimo del
monasterio de La Croix en el siglo IX, cerca de 195 años
después de la muerte del santo, pero este relato, que
atañe sobretodo a la Vita de san Audoeno, no merece
más que una limitada confianza.
Nació en Evreux, Normandía, en el seno de
una noble familia. Recibió su primera instrucción del
rector de la iglesia de Saint-Taurin. Completó sus estudios en
Chartes, donde enseñaban maestros famosos. Regresó a su
casa y fue preceptor de los hijos de las familias vecinas.
Soñaba con la vida monástica y una noche, después
de ofrecer un banquete a su familia, dejó la casa paterna.
Se dirigió primero a Varenne, en la diócesis
de Rouen, donde había un convento de monjas, después
encontró a un eremita de nombre Bertrando y durante un tiempo
fue recluso. Marchó después a Rouen, atraído por
la fama de san Sidonio, de origen irlandés, que le
confirió el hábito religioso y lo hizo entrar en el
círculo de san Ansberto, obispo de Rouen desde el 684.
Hacia el 690, por consejo de santos Sidonio y Ansberto,
Leutfrido decidió regresar a Evreux para fundar un monasterio
que, al mismo tiempo, fuese un hogar misionero. Se estableció a
15 Kms al norte de Evreux en una localidad donde, 15 años antes,
san Audoeno, obispo de Rouen, había tenido una visión de
una cruz resplandeciente y había plantado en la tierra una cruz
de madera rodeada de reliquias. Leutfrido levantó en aquel lugar
una iglesia en honor de la Santa Cruz y de los santos apóstoles
y un monasterio al que dio el nombre de La-Croix-Saint-Ouen (llamado
después Saint-Leufroy), y lo gobernó durante 50
años.
El autor de su Vita refiere numerosos milagros
que nuestro santo habría obrado antes y después de su
muerte, pero hay poquísimas noticias sobre su gobierno;
señala solamente que el abad tuvo alguna dificultad con
Desiderio, obispo de Evreux, y que construyó un hospicio para
recoger a los pobres.